El equinoccio de otoño trae consigo una gama de colores única que no podemos ver en otra época del año. En la Finca Santa Elena ya han transformado la naturaleza y el entorno que nos rodea, embelleciendo los viñedos con su aparición: rojo, ocre, anaranjado, amarillo... En este espacio de La Vall d’Albaida conocido como tierras dels Alforins y aclamado como la Toscana valenciana, el clima mediterráneo se funde con el continental y genera un esplendor innato al paisaje.
Existen muchos otros lugares en el mundo que son famosos por los colores vibrantes del follaje en esta época, ya que las características de su clima resultan favorables para crear determinados paisajes. El continente europeo se encuentra entre esos sitios privilegiados, junto a algunas regiones del sur de Nueva Zelanda, Canadá o Nueva Inglaterra (EEUU), entre otros.
En el hemisferio norte, la astronomía nos dice que el otoño comienza el 21 de septiembre. Pero también el medio ambiente nos lo recuerda, con el cambio de color de las hojas de los árboles, o el frío, que acecha fuera de casa y reclama la vuelta de las chaquetas a los armarios.
Las hojas de los árboles de variedad caduca mudan su habitual color verde por otros de pigmentación cálida, hasta que acaban secándose y cayendo movidas por el viento. ¿Quién produce este fenómeno biológico? Es la clorofila que contienen las hojas la que se encarga de aportar su color característico. Pero la ausencia de calor y el acortamiento de la luz solar también frenan la producción de este compuesto, que utiliza esos recursos -junto al dióxido de carbono y el agua- para producir la fotosíntesis.
Por otra parte, los colores suelen tener un significado visual y sensitivo muy importante para nosotros. Normalmente los tonos cálidos nos proporcionan energía, mejoran el estado de ánimo y transmiten optimismo. En cambio podría parecer que con el otoño llega un tiempo gris que a veces provoca un espíritu decaído, cuando más bien la explosión de colores de la naturaleza en esta época nos hace revivir un último florecimiento antes de dar paso al invierno.
Con todos estos matices de color que quedan al descubierto, recorrer los viñedos de los alrededores de la Finca es como meterse dentro de un cuento. Imaginad una puesta de sol con todos esos matices rojos, ocres, amarillos, brillando en la tierra. Un espectáculo para los sentidos.
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